lunes, 20 de abril de 2009



Quijote, práctico. Desligarse de la contundencia pecuniaria, responsable. A vosotros se os va a plantear el mismo problema, tal vez con más esclerosis. Tal como suenan los vientos, la galerna es una certificación científica de que se acerca. Así que os sugiero que empecéis ya a fortalecer la mente, a curtir la voluntad y a aferrarse a la ética para no veros sometidos como peleles al vulgarismo. Huir de los lugares comunes para no veros en situación comprometida por la masa. A poco que os dejéis, seréis devorados y difícilmente encontrareis vuestra propia identidad en momentos solemnes y silenciosos de la vida.
No divaguéis por la senda de la creencia. Basta con saber que todo perece menos el yo personal. Sin esta esperanza no es posible entender la vida como un bien, pues aun gozando de los bienes providenciales, el dolor os acompañará siempre, de día y de noche, con o sin sangre y no cabe pensar que provenga de una voluntad masoquista. Algún valor tendrá el sufrimiento más allá de un azar terco y pertinaz.
Que nunca se os ocurra enarbolar banderas ideológicas que no sea la socrática que asienta su filosofía en la virtud. Creced por dentro. Eliminad ansiedades baladíes. Cantad al viento vuestra suerte con voz fuerte. Que la almohada sea vuestro libro de rezos al llegar la noche. Y si por vuestro saber y conocer ocupáis un sillón directivo, que ese sillón sea giratorio y no un trono de material noble de difícil mutación por su volumen y espesor. Y algo muy importante: leed con atención y crítica los libros de los pensadores. No son tan rancios como piensa la gente que huye de todo esfuerzo mental sabedora de que no aporta un euro con que comprar cosas, tener cosas, presumir de patrimonio, imponer sin criterio propio pero con la seducción que deviene de su capital su propia esclavitud. Esta carta no tiene otra finalidad que despertar vuestro subconsciente a tiempo. La angustia merodea por todas partes. Se trata de un gas peligroso que amiga con la muerte de todo ideal. No tenéis tiempo fijo y en el supuesto de llegar a los cien años, llegado el día os parecerá que todo discurrió en un momento.
Lo que no puedo daros es la receta, porque aun presintiendo mutaciones vitales en el ámbito social, político, histórico y personal, me es imposible fijar métodos de conducta de lo que desconozco. Es una previsión basada en el curso de la historia que tiende a su propia desgracia al centrar toda su atención alrededor del hombre como principio y final del universo. Cada día que pasa, el satélite lunar está más cerca, pero respecto de las estrellas más lejos. La pena de J. Ramón Jiménez con respecto a Platero era su dificultad por levantar los ojos al cielo, por eso lo dirigía por la vera de un río para que a través del reflejo de sus aguas cristalinas adivinara su brillo. Su incapacidad intuitiva le impedía relacionar los campos de girasoles con los astros. Acordaros de esto. No convirtáis la noche en una nube negra y mirad hacia arriba para daros cuenta de lo provisional que es el planeta tierra para fijar la vida eternamente, adverbio demasiado solemne como para pasar
desapercibido en el lenguaje humano.
No preguntéis a mamá cómo era, cómo he sido. El corazón la ayudará a mentiros y a deteneros más en el fondo e intención de esta carta como un simple aviso del mañana que está a la vuelta de la esquina
Os quiero prevenir de los ismos con que os vais a encontrar. En mi tiempo lo más directo al infierno era el sexismo, y no más. Esto no lo va a parar nadie a no ser que esté escrito en alguna página de la Biblia un nuevo diluvio pata limpiar el planeta. Lo del sexo es un bien que no debéis despreciar ni olvidar, es más, que debéis conocer a su hora y culturalmente amtes de su hora. Conviene ser respetuosos, no idiotas porque es un bien en sí mismo como os decía antes. Lo que pasa es que todo lo que acaba en “ismo”supone una desmesurada prevalencia en la vida coartando la libertad. Pienso, queridos nietos, que a lo mejor estoy viviendo una de esas fases de la historia que se llama crisis y que pronto retornará a un tiempo esplendoroso. Lo ha vivido la historia humana en cada siglo, pero por si se alargara esta crisis de valores lo que más preocupa es la deshumanización en el orden doméstico y social, y una fuerte tendencia al agnosticismo con ribetes de ateismo azucarado.A nadie le gusta, salvo al imbécil, presumir de ateo pero sí de agnóstico pemnsando que con esta etiqueta adquiere un aire intelectual.
Os vais encontrar con un mundo feroz. Estos males ha exis-
tido siempre. En vosotros está que mejore la sociedad, la humanidad a través de una formación integral – y cuando digo integral me refiero al cuerpo y al alma, al corazón y al cerebro, a la relación y al silencio –que os permita discernir al momento qué vale la pena o no vale la pena trabajar por una causa. Para ello tenéis que cerrar los sentidos a las invitaciones de sirenas como un dia le pasó a Ulises que aunque se trate de una leyenda mo ha dejado de ser una realidad a escala planetaria.
Y poco más.
Hay una persona a la que debéis adorar sin pasión pero siempre que es vuestra madre.Y de respetar a vuestro padre, haya o no empata entre ellos.Para los abuelos basta con que le recordéis como vuestros amigos y supláis la visita a la necrópolis con un sentido padrenuestro.

Muchos besos.
El abuelo FX

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